Desde niños nos dicen que no dejemos de soñar, cuando crecemos nos dicen que luchemos por cumplirlos y cuando creemos haberlos cumplido nos dicen que hemos logrado el éxito,pero ¿cómo llegas a ese éxito con sólo soñar y no contar con las facilidades para poder hacerlo? ¿Es imposible? No, y si no me creen pregúntenle al señor Carlos Tévez: un sueño de niño hecho realidad.
"El dinero no compra la felicidad" esas fueron las palabras del Apache en su vuelta al barrio de la Boca con otro campeonato en sus manos a fines del 2015. Un delantero que honra vestir la camiseta número diez y que ha triunfado en todos los clubes que jugó.
Desde sus inicios en la juvenil de Boca Juniors por el 2001, Carlos Tévez mostró esa garra y pasión por el fútbol como cualquier joven impetuoso que daba sus primeros toques a la eterna caprichosa: la pelota. Tiene como gran ídolo y amigo personal a Diego Maradona y tuvo la suerte de jugar con el mago Juan Román Riquelme.
Su millonario pase al Corinthians de Brasil fue la máxima sorpresa en el mercado de pases suramericano, Tévez fue el primer jugador argentino en ser querido en la tierra de la samba. Su calidad de jugador le aseguró el viaje al viejo continente: Europa. Ya consolidado como goleador por su buena gestión en el equipo brasilero, el West Ham de Inglaterra le dio la oportunidad de mostrarse en el fútbol internacional, aunque su buen desempeño en la selección argentina daba aval de sus dotes.
Para Carlitos el llegar al Manchester United fue un premio a su trabajo, a pesar de que él siempre dice que hace lo que más le gusta y no es un trabajo como el que sus padres realizaban por darle oportunidad a sus sueños de futbolista. Jugó en el gran equipo de Ferguson y se codeó con grandes jugadores como Cristiano Ronaldo, Rooney, Van der Sar, Giggs,entre otros. Para ese momento Tévez, ya había anotado 91 goles en su carrera profesional. Todo un éxito.
Los campeonatos internacionales obtenidos con el United engrandecían más el nivel del Apache hasta que se presentó una oferta que fue señalada como 'traición' en la ciudad de Manchester. Carlos Tévez había firmado por el Manchester City e iniciaba una nueva etapa en su trayectoria deportiva.
Durante su estadía vistiendo la camiseta celeste y la problemática que vivía con el técnico, un llamado del país de la bota le daba otra chance para seguir cosechando éxito. Ya instalado en Turín, la Juventus presentó a Carlos Tévez como su flamante refuerzo y vestiría nada menos que la camiseta número 10: la misma que vestía el ídolo Del Piero.
El estar tantos años alejado de sus raíces le hizo tomar una decisión muy difícil pero alegre a la vez. En el barrio de la Boca la alarma sonaba anunciando el regreso de uno de sus máximos proyectos a futuro, totalmente consolidado como ídolo en el fútbol internacional y ser recibido en La Bombonera -su casa- como tal.
Sin dudas un ejemplo de jugador que persiguió sus sueños a pesar de las dificultades, a pesar de lidiar con su apariencia pero dejando su nombre inmortalizado en la historia del fútbol.
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