La Bombonera, el coloso que resiste

Han pasado exactamente 76 años desde que el 'Estadio del fútbol mundial' fue levantado en el glorioso barrio de La Boca. Bien reconocido por todo argentino y extranjero, la colorida Bombonera emana pasión por todas sus graderías y brilla por su historia que es el prestigio que la convierte en el escenario que todo ser humano debe conocer antes de morir.

Como decimos muchos hinchas confesos, la misa dominical xeneize se dicta en el Templo. Precisamente el lugar donde muchos fieles asisten en todas las fechas locales para cantar a una sola voz las canciones más lindas que un futbolista puede escuchar. El sonido que retumba las paredes que dividen las diversas secciones de esta, amedrentan e intimidan a todo rival. 

El cielo celeste bonaerense le cae a pelo con su imponente color amarillo, es un nuevo sol que aparece en el barrio de la ribera. Si Boca no tuviera a la Bombonera, no existiría el mito de que LATE, no habrían anécdotas de jugadores rivales que sienten que el estadio se les venía encima, no dirían que aunque el equipo perdía la gente se aferraba al paravalancha para seguir alentando, no se emocionarían con la batucada que llega por el túnel hacia la bandeja de la barra, no narrarían todas las vueltas que dio el equipo al conseguir un campeonato, no existiría el 'Jugador Número 12'. No existiría nuestro lugar en el mundo.

Si todo eso y más significa la Bombonera para el hincha de Boca ¿Por qué nos la quieren arrebatar? Es necesario que tanto honor y tanta gloria se destruya por intereses económicos o por simple comodidad de unos cuantos. El verdadero hincha entiende que llega un momento donde no todos entran porque somos demasiados, somos miles los que queremos presenciar y estar en nuestra casa; pero, eso es justamente lo que nos sigue haciendo grandes.

Que le arranquen a otros de la memoria todo lo que se consiguió en ese territorio, escenario pintado de azul y oro que nos desborda el alma. Acá no se trata de estar en contra de políticas, se trata de estar del lado de lo que nos hace orgullosos y que nos representa en el mundo entero. Si alguien no cree y no respeta eso, que sepa muy bien que ¡DE LA BOMBONERA, NO NOS VAMOS!